1. Isabel esperó en Dios

Isabel es uno de los mejores ejemplos de paciencia y docilidad a la voluntad del Padre. ¿Qué oración en tu vida parece haber quedado sin respuesta? ¿Dónde sientes que el Señor no responde? En lugar de suplicar una respuesta, quizás pidas la gracia de esperar con esperanza.

2. Isabel estaba abierta a lo imposible

A diferencia de su marido Zacarías, ella creía más allá de lo que podía comprender. ¿Qué te parece incomprensible en este Adviento? ¿Dónde se muestra más cínica o escéptica? Por intercesión de Isabel, invita al Espíritu Santo a aumentar la fe en que “con Dios todo es posible”.

3. Isabel reconoció la presencia del Señor

Al reconocer la presencia del Señor a través del movimiento gozoso de su hijo no nacido, la larga vida de fidelidad de Isabel la preparó para recibir a su Señor antes de que pudiera verlo. En el último año, ¿en qué momentos de alegría y, sobre todo, de tristeza, has podido reconocer la presencia de Dios en tu vida? El Adviento es un buen momento para prepararte para recibirlo en todos los momentos de tu nuevo año.

4. Isabel llamó a las cosas por su nombre

Isabel sabía que su hijo se llamaba Juan, y no tuvo miedo de proclamarlo. Ya sea en tu trabajo o en tus relaciones, ¿dónde es importante que digas la verdad? Pide la intercesión de Isabel para tener más audacia.

5. Isabel crio a un profeta

Juan el Bautista abrió paso a la venida del Mesías, pero tuvo que pasar de los pañales al cilicio de alguna manera. Isabel guio ese viaje. Independientemente de nuestra vocación o estado en la vida, todos estamos en contacto con las generaciones futuras. ¿Buscas a futuros profetas? ¿A quién de tu escuela, trabajo o familia puedes ayudar a convertirse en quien Dios quiere que sea para el mundo?  

En este tiempo de Adviento, recordemos que podemos inspirarnos en el ejemplo de Isabel para ayudarnos a guiar nuestro camino para acoger al Señor en nuestros corazones esta Navidad.