San Lucas: el amigo de María

¿Sabías que el evangelio de San Lucas es considerado el Evangelio Mariano? Se dice que la Virgen María conoció a San Lucas después de que Jesús hubiera ascendido a los cielos, y que gracias a las conversaciones que hubo entre ellos y la estrecha amistad que tuvieron, San Lucas escribió su Evangelio.

La diferencia radical entre San Lucas y los otros tres evangelistas es que ellos vivieron con Jesús, lo conocieron, fueron sus discípulos y todo lo que nos narran es una experiencia personal.

San Lucas no compartió personalmente con Jesús; conoció a los demás apóstoles después de la Ascensión. Es curioso que los detalles y la precisión de los datos que se encuentran en el Evangelio de San Lucas son mucho más sustanciosos y rigurosos que en los otros tres, a pesar de no haberle visto cara a cara. Su experiencia y misión son muy parecidos a las que nosotros (y otros millones de personas a lo largo de la historia), hemos vivido: conocimos a Jesús porque alguien más nos contó lo que sucedió con él. 

Es interesante que en su Evangelio se encuentran muchos relatos y episodios claves  que no están en los otros tres, por ejemplo la infancia de Jesús, la concepción de San Juan Bautista, el Magníficat, la visita de la Virgen María a Santa Isabel, el nacimiento de San Juan Bautista, la circuncisión, la profecía de Simeón, entre muchos otros. Además, un tercio de los milagros y tres cuartos de las parábolas son exclusivas de este Evangelio. Es el evangelista que más veces nombra a La Virgen María, es el que mejor describe la amabilidad de Jesús y su texto se conoce como “el Evangelio de la oración”, porque describe cómo Jesús priorizó la oración, en especial durante los momentos más importantes de su vida. 

También se dice que San Lucas pintó varios cuadros de María y el niño. Las siguientes obras siguen en pie y se pueden visitar, sin embargo son fuente de controversias debido a su antigüedad y a los traslados que han tenido: La Odoghetria (se encuentra en Constantinopla), Salus Populi Romani (que se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma), Nuestra Señora de Czestochowa (se encuentra en Polonia), y la Madonna de la Guardia (está en Bolonia - Italia).

¿Por qué el Evangelio de San Lucas es tan rico en detalles, experiencias y datos siendo que él fue el único que no conoció a Jesús personalmente? Hay dos respuestas a esta pregunta: una que tiene sustento bibliográfico, y otra que es asumida por Tradición. La primera es porque se sabe que fue compañero de viaje de San Pablo ya que éste último nombra a San Lucas en sus cartas.

La segunda respuesta es asumida por Tradición y surge al leer el prólogo  de su Evangelio en donde dice: “he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribirlo por su orden” (Lk 1:3). Por estas palabras se asume que San Lucas quiso “entrevistar” a las personas más cercanas a Jesús, incluída a la Virgen María, con el fin de dar a conocer lo sucedido. Otro factor que hizo que su Evangelio fuera más estructurado y que la lectura fuera más fácil fue porque él era médico y por lo mismo, era muy letrado.

Estos datos históricos, la calidad de los escritos de San Lucas y el legado de las obras de arte en las que podemos ver los rostros de Jesús y María, nos muestran que la amistad entre la Virgen María y San Lucas es una de las fuentes más valiosas por las que conocemos detalles de la vida oculta de Jesús.

Sigamos el ejemplo de este evangelista: acerquémonos a María para que sea Ella quien nos revele los secretos del corazón de Jesús y nos permita, al momento de nuestra muerte, ver sus rostros.


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