Nuestra festividad: Día de Todos los Santos
El calendario litúrgico nos ayuda a celebrar y recordar las diferentes fiestas y momentos importantes de la vida cristiana centrados en la historia de salvación. Las cuales nos ayudan a refrescar la memoria para vivir nuestro compromiso con Cristo y la iglesia. Reflexionemos sobre el sentido de la celebración de la Solemnidad de Todos los Santos.
El calendario litúrgico nos ayuda a celebrar y recordar las diferentes fiestas y momentos importantes de la vida cristiana centrados en la historia de salvación. Las cuales nos ayudan a refrescar la memoria para vivir nuestro compromiso con Cristo y la iglesia. Reflexionemos sobre el sentido de la celebración de la Solemnidad de Todos los Santos.
Esta solemnidad se celebra el 1 de noviembre cada año y es inamovible porque siempre la celebramos en la misma fecha. Está dedicada a dar gracias a Dios por salvar tantas almas y llevarlas a la felicidad eterna.
Esta celebración litúrgica inicia el 31 de octubre, con las vísperas del Día de Todos los Santos, que se prolonga hasta el 1 de noviembre, para recordar y celebrar la victoria de todas las personas que han nacido a la Vida Eterna junto con los santos canonizados que están disfrutando del reino de Dios.
En el siglo VII, el Papa Bonifacio IV estableció oficialmente la fiesta para honrar a todos los santos de una vez. También se le atribuye la conversión del Panteón de Roma en una iglesia cristiana, dedicándolo a la Santísima Virgen y a todos los mártires; esto fue el 13 de mayo del 609.
El Papa Gregorio III fue el que promovió la idea de consagrar el 1 de noviembre una capilla en la Basílica de San Pedro en honor a todos los santos. En el año 837, el Papa Gregorio IV continuó con este mismo proyecto. Esa fecha fue declarada oficialmente como el Día de Todos los Santos en la Iglesia Católica, para eliminar las prácticas paganas que existían en esa época.
Como es de nuestro conocimiento, en el calendario litúrgico existen días específicos para celebrar o recordar la memoria de algún santo canonizado, por ejemplo, los santos Agustín, Patricio, Juan Pablo II, Santa Teresa de Calcuta y otros más. En cambio, existen otros santos que no han sido canonizados y no tienen una fecha determinada en el calendario litúrgico. Sus nombres sólo los conoce Dios. Por lo cual, en esta solemnidad se los recuerda a todos ellos de una manera especial.
Con respecto a esta celebración, el Papa Francisco dijo que la fiesta “subraya que la santidad no es exclusiva de las figuras canonizadas, sino que el Espíritu Santo derrama esta gracia en todo el pueblo fiel de Dios. La voluntad de Dios es que los hombres se santifiquen y se salven como un pueblo unido para confesarle y servirle, y no de forma aislada”.
El Día de Todos los Santos se celebra aquí en Estados Unidos y en todos los países de habla hispana, donde se le da un significado especial y único. Algunos países de América Central y del Sur tienen diferentes maneras de celebrar. Por ejemplo, en Argentina, Colombia, Guatemala y Venezuela usualmente tienen la costumbre de llevar flores a la tumba de un ser querido en el cementerio.
En Bolivia, México y Perú, esta celebración inicia a finales de octubre, con la preparación de un altar colorido, donde se colocan ofrendas, pan de muerto, fruta, flores, papel picado, comida, bebida y fotos de los difuntos. En estos altares se rezan oraciones y dicen palabras alusivas y algunas personas acostumbran tocar la música preferida del difunto.
En Ecuador, tienen la tradición de celebrar este día con una cena familiar; en Nicaragua, como parte de su herencia precolombina, ellos realizan visitas al cementerio por la noche.
Santo Juan Pablo II, refiriéndose a la visita a los cementerios nos dijo, “Yo también voy en peregrinaje espiritual a los cementerios de varias partes del mundo, donde descansan los restos de aquellos que nos precedieron en la fe. En particular elevo mi plegaria de intercesión por aquellos en quienes nadie piensa ya como las víctimas de la violencia”.
Por lo que podemos decir que lo que los latinos o hispanos tenemos en común en esta solemnidad es asistir a Misa el 1 de noviembre para celebrar y recordar a todos los santos y pedir intercesión por nuestras necesidades personales.
El Papa Benedicto XVI dijo: “El día de Todos los Santos es un aliento para que los católicos sean santos como Dios es santo, y que los santos son la victoria del amor sobre el egoísmo y la muerte”.
Es muy importante enfatizar que esta celebración del Día de Todos los Santos es una celebración que tiene un sentido religioso y cultural, para todos nosotros que practicamos nuestra fe católica. No obstante, cada persona es libre de decidir cómo vivir y celebrar este día según sus creencias personales y familiares.
Por lo que “la Solemnidad de Todos los Santos es un llamado a la santidad para todos los católicos, un recordatorio de que seguir a Cristo lleva a la vida eterna y da sentido al presente” (Papa Benedicto XVI).
La hermana Guadalupe Flores, OLVM, es la coordinadora de Formación de Fe de Adultos para la oficina del Ministerio Hispano. Envíele un correo electrónico a gflores@charlestondiocese.org.