Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo – Septiembre 2024
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Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Este mes celebramos la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores. La madre de nuestro Señor se enfrentó a muchas penas en su tiempo en la tierra, la mayor de las cuales fue el sufrimiento y la muerte de su hijo. La pérdida de un ser querido es un sentimiento muy familiar y muy humano. Nos conecta no sólo con María, sino también entre nosotros. Es a través del dolor que nuestros ojos se abren al sufrimiento de los demás, empatizando con su dolor. Así como María es llamada Nuestra Señora de los Dolores, también es llamada Nuestra Señora de la Compasión.
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Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Este mes celebramos la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores. La madre de nuestro Señor se enfrentó a muchas penas en su tiempo en la tierra, la mayor de las cuales fue el sufrimiento y la muerte de su hijo. La pérdida de un ser querido es un sentimiento muy familiar y muy humano. Nos conecta no sólo con María, sino también entre nosotros. Es a través del dolor que nuestros ojos se abren al sufrimiento de los demás, empatizando con su dolor. Así como María es llamada Nuestra Señora de los Dolores, también es llamada Nuestra Señora de la Compasión.
Ayudar a los demás puede ser difícil, sobre todo cuando nos enfrentamos a dificultades y penurias en nuestras vidas. Sin embargo, Cristo Jesús puede utilizar este sufrimiento para el bien cuando lo unimos al suyo en la cruz. Y recuerden: “Es preferible sufrir haciendo el bien, si esta es la voluntad de Dios, que haciendo el mal” (1 Pe 3, 17). El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que la caridad es el mayor de los mandamientos sociales. En este mes de dolores, es a través de la caridad que podemos ejercer la compasión dentro de nuestras parroquias y comunidades.
Organizaciones como Caridades Católicas de Carolina del Sur y la Sociedad de San Vicente de Paúl, y tantos ministerios sociales de nuestras parroquias están presentes en toda la diócesis. A medida que los días se acortan en esta época del año, animo a todos a que encuentren un lugar en su corazón y en su vida para la caridad. Como decía Santa Teresa de Calcuta, no todos podemos hacer grandes cosas, pero podemos hacer pequeñas cosas con gran amor.
Pidamos la intercesión de Nuestra Señora de los Dolores para que nos dé la fuerza y la compasión de ir por el mundo llevando la luz de Cristo. Juntos, como miembros de su cuerpo, podemos ofrecer nuestras luchas a Dios y dejarnos guiar por la bondad de su Palabra.
En el amor de Cristo,
Excmo. Mons. Jacques Fabre-Jeune, CS
Obispo de Charleston