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 | Por Obispo Jacques Fabre-Jeune

Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo – Julio 2025

Cada mes de julio celebramos el aniversario de la independencia de nuestra nación. Es un momento para recordar con gratitud a quienes nos precedieron, especialmente a aquellos que ofrecieron su vida en el servicio militar. Como nos dice el Señor: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Jn 15,13).

Es significativo que, por primera vez en la historia, el Papa –quien ha consagrado su vida al servicio de los demás, siguiendo el ejemplo de Cristo– haya nacido en los Estados Unidos. El lema del Papa León XIV nos invita a reflexionar sobre lo que nos une como católicos en este país.

El lema de los Estados Unidos es, e pluribus unum “de muchos, uno”, celebra la diversidad de nuestras culturas y costumbres, recordándonos que, a pesar de nuestras diferencias, somos una sola nación. Una nación “bajo Dios”. El lema del Papa León es, in illo Uno, unum “en el Uno, somos uno”, nos recuerda que nuestra verdadera unidad nace de Dios.

A veces olvidamos que nuestra identidad como hijos e hijas de Dios es la base de toda vida plena. Pero Dios es el fundamento de todo lo que perdura, incluso frente a la fragilidad humana. Como dijo Jesús: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible” (Mt 19,26).

Como católicos, y luego como ciudadanos, estamos llamados a cumplir con nuestras responsabilidades cívicas y a honrar a quienes forjaron la Declaración de Independencia en 1776, así como a todos los que han defendido sus ideales a lo largo de la historia. Solo a la luz de nuestra fe cristiana podemos comprender plenamente lo que realmente significan “la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad” para los hijos de Dios.

En el corazón de esta misión está el llamado a compartir la verdad y la gloria del Evangelio con nuestros vecinos y conciudadanos. Damos gracias a Dios por los muchos dones que ha derramado sobre nuestra nación. Es nuestro deber seguir trabajando para mantenerla firme y fuerte.

Les deseo un feliz Día de la Independencia y un bendecido mes dedicado a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

“Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí” (Jn 15,4).

Con amor en Cristo,

Excmo. Mons. Jacques Fabre-Jeune, CS

Obispo de Charleston