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 | Por Excmo. Mons. Robert E. Guglielmone, DD Obispo De Charleston

Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo

Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Justo este año, el Papa Francisco designó el cuarto domingo de cada mes de julio como el Día Mundial de los Abuelos y los Ancianos. Cae cerca de la fiesta de los santos Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús, el 26 de julio. Muchos países ya celebran ese día como el Día de los Abuelos. En nuestro país, la celebración nacional es el 12 de septiembre, cuando recordamos a aquellos que nos amaron tanto como a nuestros propios padres, y que tan a menudo nos trajeron o nos mantuvieron en la fe.

Para celebrar este mes, lean sobre el ministerio en la parroquia San Felipe Neri, en Fort Mill, donde los niños escriben cartas a sus abuelos y a aquellos que viven en hogares de cuidado. También tenemos una importante sesión de Preguntas y Respuestas sobre bioética y cuidados al final de la vida, además de un artículo sobre la única instalación católica de vida asistida de nuestro estado, Carter-May. Podemos honrar a nuestros seres queridos de muchas maneras: visitándolos, enviándoles notas o llamándoles para recordarles a nuestros abuelos, y a los mayores en nuestras vidas, lo mucho que los valoramos.

A partir de mediados de septiembre, también es el Mes de la Herencia Hispana. Hemos visto un crecimiento exponencial de feligreses y fieles de habla hispana en nuestro estado, y estamos agradecidos por todos los católicos que han elegido hacer de Carolina del Sur su hogar. Tal vez podamos dedicar tiempo a conocer las culturas de los más de 20 territorios y países de habla hispana de nuestro mundo, o a rezar un rosario dedicado a la Patrona de las Américas: Nuestra Señora de Guadalupe. Esta edición contará con prácticas culturales que se han convertido en católicas debido a la gran fe de nuestra familia hispana/latina.

Finalmente, la Legión de María celebra su 100º aniversario en septiembre. Estamos presentando a Ivy Monahon, cuya increíble historia de vida la trajo a nuestro estado después de toda una vida trayendo devoción a María al mundo.

Por favor continúen orando por mí como yo lo hago por ustedes.

En la paz del Señor,

Excmo. Mons. Robert E. Guglielmone, DD

Obispo de Charleston