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 | Por Joely Leguizamon

Celebrando el mes de la herencia hispana:

Quinceañeras y presentaciones de niños en la iglesia

Muchas veces hemos escuchado, especialmente del Papa Francisco, que ser cristiano es un estilo de vida. Esto se refiere a que todo lo que hacemos en medio de las situaciones cotidianas ordinarias y extraordinarias debe tener al Señor como centro. Católicos hispanos/latinos de diferentes países hacen mérito a esta declaración cuando presentan, tanto a niños como quinceañeras, en una bendición especial durante la celebración de una Misa en acción de gracias por haber llegado a cierta edad. Ambos eventos son de mucha importancia en la vida de familias hispanas/latinas que practican la fe católica.

Leyendo sobre el tema y platicando con personas de la comunidad parroquial, aprendí que la costumbre de presentar a los niños en la iglesia data de entre los años 1858-1860, tiempo en que se llevó a cabo la Guerra de la Reforma en México. En aquel entonces, el que un niño llegara a la edad de tres años era un gran logro ya que el número de mortalidad de infantes era alta. Con el paso del tiempo, los padres de familia que practicaban la fe católica dieron sentido a este logro con una bendición especial a la edad de tres años. Esto también concordaba con la historia que se encuentra en el libro apócrifo del protoevangelio de Santiago sobre la presentación de la Virgen María por sus padres, Santa Ana y San Joaquín, en el templo a la edad de tres años. En algunos otros países de Latinoamérica, la presentación se hace cuando el bebé cumple 40 días de nacido, imitando así la presentación del Niño Jesús en el templo que se encuentra en el Evangelio de San Lucas 2, 22-23. Él fue llevado por sus padres, María y José, para el rito de purificación de la madre y la consagración del varón primogénito al Señor. Esta práctica que entremezcla lo social con lo religioso quedó arraigada en las culturas. Cabe recalcar que esta bendición especial en la presentación no es lo mismo que el bautismo, sin embargo los padrinos de bautismo y de la presentación debieran ser los mismos. Los niños de tres años generalmente ya están bautizados para el momento de la presentación, y aunque es el caso de los 40 días, ambos son estrictamente la forma en que los padres dan gracias y se hacen responsables ante Dios por el don de su prole.

Algo parecido sucedió con la bendición de las jóvenes de quince años en la iglesia.  Esta es una adaptación de la amalgama de ritos y costumbres culturales del tiempo de la conquista. Tanto en Europa como en las tribus de Mesoamérica, cuando las jóvenes llegaban a cierta edad, después de haber pasado un tiempo de preparación, eran presentadas en sociedad ya que se les consideraba en edad de tener mayores responsabilidades y formar una familia. En Mesoamérica esta práctica que se daba en varias tribus, incluyendo a los aztecas y toltecas, fue cristianizada por los misioneros. Se tomó la celebración pagana y se le dio un tinte religioso. En la actualidad, las quinceañeras son llevadas por sus padres, familia y padrinos a la iglesia para dar gracias a Dios por el regalo de la vida. Con esta celebración, la joven refuerza su identidad como católica y reconoce su valor como mujer en la iglesia. El sacerdote le da una bendición especial a la joven que también renueva sus votos bautismales.

Ellas reciben regalos especiales que se bendicen durante la celebración y estos se caracterizan por tener un significado religioso, y que son especiales para su vida de fe, como por ejemplo: la Biblia, el Rosario y una medalla de la Virgen María. También, la joven lleva un ramo de flores que le ofrece a la Virgen María pidiéndole su protección y guía.

Estas presentaciones en la iglesia son celebraciones que tienen un gran valor como herramientas de evangelización, ya que involucran a un gran número de parientes y amigos, que son parte y testigos de la vida de fe en acción de las familias. Especialmente para las quinceañeras hay una preparación catequética previa a la celebración y esta involucra a la joven, sus padres, padrinos y corte (hombres y mujeres jóvenes que acompañan a la quinceañera) haciendo del rito un poderoso mensaje para las familias y la parroquia en general de que nuestro estilo de vida debe ser una alianza continua con Dios y su Iglesia.


Joely Leguizamon es administradora del sitio de la Oficina de Caridades Católicas de Gloverville. Envíele un correo electrónico a joely@charlestondiocese.org.