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 | Por Doug Culp

La base bíblica de los sacramentos de sanación

“Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. … Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: ‘Hijo, tus pecados te son perdonados’. … Para que ustedes sepan que el Hijo de hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’. Él se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos” (Mc 2, 3; 5; 10-12).

 

El gran médico

Este pasaje presenta a Jesús como un sanador del cuerpo y del alma. El Catecismo (1421) afirma que Jesús quiso que su Iglesia continuara su misión de sanación y salvación mediante el poder del Espíritu Santo. Esta misión proporciona al Sacramento de la Penitencia y Reconciliación, así como al Sacramento de la Unción de los enfermos, su finalidad. Con esto en mente, dirigimos ahora nuestra atención a la Biblia para buscar pruebas de que Jesucristo instituyó estos sacramentos de sanación.

La penitencia y la reconciliación

La base bíblica para que Jesús perdone los pecados es evidente en el pasaje del principio. Los cristianos están de acuerdo en este punto. La controversia surge en cuanto a la validez del sacramento por el cual uno confiesa sus pecados a un sacerdote, quien absuelve a la persona en nombre de Cristo.

Dos pasajes, en particular, son relevantes para esta cuestión. En el Evangelio de Mateo (16, 19), Jesús le dice a Simón Pedro: "Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".

Este poder de atar y desatar se extiende a todos los Apóstoles. En el Evangelio de Juan (20, 19-23), Jesús ha resucitado, se ha aparecido a los discípulos por primera vez y ha soplado sobre ellos el Espíritu Santo. Luego dice a los discípulos: "Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan".

En su Segunda Carta a los Corintios (5, 18-19), San Pablo aporta pruebas adicionales de la institución del sacramento por Cristo. En este pasaje, san Pablo escribe que Cristo ha dado a la Iglesia el ministerio de la reconciliación y nos ha confiado "la palabra de la reconciliación".

La unción de los enfermos

El Catecismo dice que Jesús "Les hace participar [a sus discípulos] de su ministerio de compasión y de curación” (1506) y cita un pasaje del Evangelio de Marcos (6, 12-13). Este pasaje aparece al final de una sección titulada "La misión de los doce", que relata cómo Jesús envió a los doce apóstoles por parejas para ejercer su ministerio. Concluye con los Apóstoles predicando el arrepentimiento, ungiendo a los enfermos con aceite y curándolos.

Más adelante, en el Evangelio de Marcos, Jesús resucitado envía de nuevo a los Apóstoles. Según Jesús, uno de los signos que acompañarán a los que crean en el Evangelio es: "Impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán" (16, 18).

Por último, la Carta de Santiago (5, 14-15) no deja lugar a dudas sobre el pensamiento de la Iglesia apostólica en cuanto a si Cristo pedía la unción de los enfermos. El Catecismo (1511) explica que el apóstol Santiago recomienda y promulga realmente el sacramento en este pasaje. Santiago escribe que los presbíteros de la Iglesia deben ser convocados cuando alguien está enfermo para orar y ungir a la persona con aceite en el nombre de Jesús. Estas acciones prometen el perdón de los pecados y la salvación de la persona enferma.


¿Sabía que…

…la unción de los enfermos no está reservada a los que van a morir? El Catecismo (1515) afirma que cualquier bautizado gravemente enfermo puede recibirla. Si esa misma persona se recupera, pero cae enferma debido a una enfermedad completamente diferente, puede recibir el sacramento de nuevo. Este sacramento puede recibirse repetidamente por la misma enfermedad, especialmente si la condición de la persona empeora. También se puede recibirlo antes de someterse a una operación grave.


Doug Culp es el canciller de la Diócesis Católica de Lexington.

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