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 | Por Hna. Guadalupe Flores

La devoción a San José

La devoción es un sentimiento de amor filial que sentimos por nuestro prójimo o por algo. La palabra devocional la podemos percibir de dos maneras: La primera es una manera más general de sentimiento de amor, cariño a una persona en especial. La segunda se refiere a la veneración a Dios. La devoción es la acción por la cual el ser humano se acerca a Dios de una manera muy íntima en su relación con Él. Por lo tanto, es una manera de entrega de amor hacia Dios, la cual la expresan con su fe y creencias religiosas. A la vez la alimentan de la doctrina que son verdades reveladas por Dios.

En el cristianismo, la devoción máxima es hacia Dios, pero también podemos expresar devoción a la Virgen y los santos. Nos llevan a Dios, que fue quien les dio la gracia a ellos. Es importante observar que no significa lo mismo adoración que devoción, porque adoración solamente se la puede profesar a Dios.

Mientras que muchos de nosotros somos devotos de la Santísima Virgen María, pocos son devotos de San José, pero podríamos ser devotos de él si conociéramos su vida más profundamente. Por ejemplo, Dios mismo le confió sus dos grandes tesoros - a su Hijo y a María, intercesora del mundo. San José, como hijo de Dios, recibe dones para cumplir esta misión. Como dijo Santo Tomas de Aquino, “Hay muchos santos a quienes Dios ha dado el poder para ayudarnos en las necesidades de la vida, pero el poder que se le ha dado a San José es ilimitado: se extiende a todas nuestras necesidades, y todos aquellos que lo invocan con confianza están seguros de ser escuchados”. San José supo compartir y dar esta gracia a su familia y a todos los que le rodeaban. Como un hombre sencillo y obediente, responde a lo que le pide Dios, de una manera amorosa y con mucha alegría.

Nuestra devoción a la Virgen María es más intensa porque la tenemos como nuestra Madre Santísima que intercede por nosotros en nuestras necesidades y aflicciones. También, en la actualidad, lo vemos en los hogares la mayoría de los hijos tienen una relación más estrecha con la madre que con el padre. ¿Por qué? El padre tiene que salir a buscar el sustento para su hijos. Se puede notar que, la devoción a San José es un poco menos mencionada porque él también tenía que salir a buscar el sustento como un hombre trabajador y protector para su familia.

En su carta apostólica, Patris Corde (Con corazón de padre) el Papa Francisco declaró el año 2021 como el año de San José, para que lo conozcamos mejor y sepamos realmente quién fue él.

Fue llamado “varón justo”, como lo vemos en el Evangelio de Mateo 1:19. Pero también es mencionado desde hace mucho tiempo por los Papas: Sixto IV, León XIII, Juan XXIII, San Juan Pablo II y el Papa Francisco. En esta época, el Papa resalta la figura de San José para profundizar en quién es y para que lo conozcamos de una manera más cercana.

San José es el santo del silencio porque no se encuentran palabras dichas por él en las Sagradas Escrituras, pero se observan muchas acciones. Se resalta su humildad y súplica a Dios. Por eso podemos decir que San José nos enseña que las acciones son más fuertes que las palabras.

Como dice San Juan Pablo II: “Que san José sea para todos un maestro singular en el servir a la misión salvífica de Cristo, tarea que en la Iglesia compete a todos y a cada uno: a los esposos y a los padres, a quienes viven del trabajo de sus manos o de cualquier otro trabajo, a las personas llamadas a la vida contemplativa, así como a las llamadas al apostolado” ( Redemptoris Custos).

Las devociones que cada uno de nosotros practicamos nos ayudan a profundizar nuestra fe y a vivir mejor nuestro seguimiento a Jesús. También nos ayudan a crecer más en la vida cristiana. ¡Que la devoción a San José nos acerque a su hijo adoptivo, Jesús!


La hermana Guadalupe Flores, OLVM, es la coordinadora de Formación de Fe de Adultos para la oficina del Ministerio Hispano. Envíele un correo electrónico a gflores@charlestondiocese.org.