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 | Por Marcela Escobar-Gómez, MD

¡Gracias Martin Valverde!

Por llenarnos de espiritualidad con tu visita

El mundialmente conocido cantante y evangelizador Martin Valverde, inició una gira por los Estados Unidos. Y por primera vez visitó Charlestón para actuar en el IX Congreso Católico Familiar, avalado por la Diócesis de Charleston, del 24 al 25 de septiembre.

El congreso, que comenzó a realizarse hace más de 20 años, reúne a las familias hispanas en un profundo encuentro con Cristo, tal como lo narró el diácono José Mayen en la historia del congreso, y este año contó con la participación del padre Ángel Francisco Flores de México y el predicador Oscar Roldan de Guatemala. El tema principal en esta ocasión fue la familia, y hubo sesiones especiales para los jóvenes adolescentes. En el marco del congreso, Martin Valverde cerró la tarde del sábado con un concierto que llenó de espiritualidad a los asistentes.

Aprovechamos para hablar con él, y con sencillez y humildad, nos concedió un tiempo tras bambalinas antes de su presentación en el escenario. En un ameno conversatorio, nos contó lo que piensa sobre los retos y amenazas que enfrentan las familias y jóvenes hispanos en los Estados Unidos, y cómo acercarlos a la Iglesia. Sin duda, es una visión de hombre, esposo y padre entregado al servicio del Señor.

A continuación un resumen de la conversación:

“Parte de nuestro trabajo todos estos años que no son pocos”, dijo, “hemos descubierto que para los jóvenes no solo es venir a cantarles, o el asunto de la fe, entendemos también que la parte nuestra con todo y la Fe es cultural. Es un recordatorio a los nacidos en los estados unidos inclusive que deben encontrar amar y reconocer lo bueno que tienen su raíces, inclusive la importancia de hablar español, y curiosamente en los negocios, hablar dos idiomas es una puerta gigante en negociaciones en el mundo.

“Estados Unidos es un país maravilloso”, él continuó. “Se sabe la importancia de la economía y el trabajo y justamente esto constituye también uno de los peligros más grandes - que te quedas en el trabajo, en la economía, en producir y solo en eso te concentras. El ‘sueño americano’ se queda en eso, prosperar económicamente, pero descuidas otros valores que en nuestra cultura latina se dan, como sentarte con tus chiquillos después de la comida, hablar del chisme del barrio y todas estas cosas que son tan sabrosas, yo acá invitaría –y sé que no es fácil– a los papás. Si tienes niños pequeños los invito a que te tires al suelo con ellos, siéntate y ve el mundo como ellos lo ven.

“Como decía Marcelino Champagnat, fundador de los Maristas, aunque no estés de acuerdo con tus hijos, déjales claro que siempre vas a estar con ellos, y eso creo que es una de las cosas que subrayar, el peligro entonces es perder el bosque por un árbol. Y no hablo de esfuerzos sobrenaturales - solo de, conversar, oír, sentarte con ellos y aunque no estés de acuerdo saber lo que piensan, de hecho en nuestros países insistimos mucho; padres conozcan a los amigos de sus hijos, que no les cuenten”, dijo.

Martín dijo que tanto en la Iglesia como en la política a nivel mundial, hay temas que nos han dividido. Somos derecha o izquierda, liberales o conservadores, y la palabra diablo en su raíz es división. Hay cosas en que, aunque no estemos de acuerdo, podemos escucharnos.

“Recuerden papás” dijo, “que los hijos siguen más lo que te ven hacer que lo que dices, entonces es importante que te vean orar, que te vean presente. Nadie habla de santidad ni de perfección. No hablo, y esto es muy importante, de religiosidad. Hablo de espiritualidad, porque es una cosa que estén cumpliendo un montón de reglas y otra es que haya una vida de familia en el espíritu, que Jesús esté ahí, incluso que hasta estorbe un poquito y haya un proceso de descubrimiento porque traemos nuestras bases, tenemos nuestras raíces. Creemos en lo que es la familia latina pero estás en Estados Unidos entonces lo que hay que hacer es; ver cómo te acomodas acá, cómo puedes rescatar, que otro tipo de ajedrez juegas para estar cerca de los hijos y que la familia salga adelante”.

“La familia es lo que sostiene la comunidad, la sociedad,” añadió, “pero lo he dicho siempre a nivel de matrimonios y a nivel de la familia lo diría también, el don más preciado de un matrimonio es su fragilidad.

“En la Biblia cuando habla de la mujer, de la fragilidad y si eso se rompe, se rompe todo. Entonces el don de la familia y del matrimonio es saberse frágiles. No se puede descuidar porque no hay garantía, ya que si piensan que aquí no va pasar nada seguro les pasa. No hay peor tentación que aquella en la que estás seguro no vas a caer. Lo que nos ayuda, lo que nos sostiene es ser familia, NO aparentarlo, con todas nuestras debilidades y flaquezas. Animarlos y ahí sí voy a abrir un poquito el marco; si a nivel parroquial, comunitario, social hay grupos tanto creyentes o no que tengan esa particularidad de ayudar a la familia en su comunicación y su convivencia pues que se acerquen porque esto en solitario no lo logramos”.

Le preguntamos, ¿Cuáles son las mayores amenazas que enfrentan los jóvenes? y esto fue lo que contestó: “La indiferencia. ‘Este asunto no es mío, no me interesa’. El ego está muy pegado al egoísmo. Es ‘yo voy primero y después a mí no me pasa nada, no me interesa’.

“La siguiente palabra que le sigue allí es identidad”, él continuó. “Creo que los jóvenes tienen un problema serio de identidad de, ¿Quién soy?, ¿Para dónde voy? De hecho, mi hija es psicóloga y trabaja con jóvenes y la idea de la sexualidad es más que realidad. Es una moda, los chicos piensan ‘si mis amigos lo hacen ¿por qué yo no?’. Es fuerte el tema y al no tener identidad, la buscan”.

Dijo que hay encontrar la felicidad con cosas tan tontas como maravillosas, como decirle a tu hijo tocándolo: te amo, vales la pena, eres muy bueno, mirarlo a los ojos, jugar y revolcarse con los niños, el alimentar la autoestima y la identidad en los chicos. Previene problemas en el futuro porque tienen un norte.

¿Cómo los traemos a la Iglesia?

“Mañosamente”, contestó entre risas. “La respuesta es como vamos por ellos —hay que salir a la calle, tocar su música, atraerlos— hay gente que sabe hacerlo. Hay muchas herramientas buenas. Yo recomiendo mucho la recreación, los campamentos. Hay una entidad muy buena en México que se llama Campamentos Paidos que son una obra de arte. En la biblia dice que en el séptimo día el Señor descanso, pero yo digo que la versión real es que se recreó, así que creo que es vital la recreación para los jóvenes, aprovechar el tiempo libre, saber que hacen con él.

“A la Iglesia; más que esperar a que vengan, lo cual no es el problema, es esperar que se queden. Herramientas de ese tipo recreativo son maravillosas porque si atrapas cuatro de 10, esos cuatro no se van a ir. La Iglesia debe hacer su parte y la familia debe hacer su parte. El colegio enseña, la familia educa —eso debe de estar muy claro— entonces nos toca educar familias, prepararlas, asistirlas y ayudar a los colegios en esa área pero se tiene que hacer mucho”, dijo.

Y así, agradeciéndonos, se dirigió al escenario donde lo esperaba un público emocionado. Ojalá esta sea la primera de muchas visitas para cantar y compartir sus dones y espiritualidad.


Lea la historia del congreso en línea en themiscellany.org/el-congreso-catolico-de-fe-de-charleston


Mónica Mayen es la esposa del diácono José Mayen de la iglesia de Immaculate Conception. Comuníquese con ella a mayenme@gmail.com.

Marcela Escobar-Gómez, MD, CMI-Español, es intérprete certificada, actualmente es la directora de educación religiosa en español y del ministerio hispano en la iglesia de Divine Redeemer, en Hanahan. Escríbale a marcela@divineredeemerchurch.org.