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 | Por Cristina Sullivan

San Bartolomé: un apóstol en quien no hay engaño

San Bartolomé nació en Caná de Galilea, en donde la espera por el Mesías era una actitud persistente en su familia y en su comunidad porque era una ciudad de fe humilde y fervorosa. Bartolomé participó de esta vida religiosa desde muy pequeño, aprendió acerca de las promesas de Dios y alimentó la esperanza de conocer al Mesías. Su preparación religiosa moldeó su visión del mundo y lo preparó para el gran encuentro que tendría con Cristo.

Una de las características de su personalidad era la sed de verdad y la sinceridad de corazón. Esta búsqueda de la verdad fue esencial para el momento en que fue llamado a seguir al Cordero de Dios. Según el Evangelio de Juan, Bartolomé fue presentado a Jesús por su amigo Felipe. Éste último, sabiendo lo importante que era para Bartolomé la venida del Mesías, fue corriendo a buscarlo para decirle: “Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, el hijo de José, el de Nazaret” (Jn 1,45). Bartolomé dudó ante aquel anuncio, y Felipe simplemente le dijo: “Ven y ve”.

La manera en que Jesús recibió a Bartolomé le dejó claro que conocía su corazón y que lo había acompañado en sus oraciones más íntimas: “cuando estabas debajo de la higuera, te vi” (Jn 1:48). Además, Cristo mismo lo señala como un judío en quien no hay engaño. Estas palabras fueron suficientes para que Bartolomé comprendiera que se trataba del Mesías. Gracias a que este apóstol tenía un corazón piadoso, que pasaba largo tiempo en oración y en diálogo con Dios, le fue fácil encontrar la respuesta a sus plegarias en la presencia de Cristo. Esta cercanía interior con Dios le permitió dejar de ser escéptico para creer de manera instantánea.

La promesa que Cristo le hizo a este apóstol es portentosa: “Verás el cielo abierto y los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre” (Jn 1,51). Con estas palabras se inició la misión de San Bartolomé: presenciar el ministerio público de Jesús, ver los muchos milagros que llevó a cabo y predicar el Evangelio. Pudo comprender a cabalidad lo que Cristo espera de nosotros viendo el ejemplo que Él mismo daba con su vida. Su caminar al lado del Mesías le permitió profundizar en el misterio de la salvación; además, junto con los demás apóstoles, presenció la tragedia de la Crucifixión y también el gran milagro de la Resurrección.

Durante Pentecostés, los apóstoles fueron comisionados para “ir por todo el mundo y predicar el Evangelio”. Siguiendo estas instrucciones, Bartolomé fue a India, Armenia, Persia, Mesopotamia y otras regiones de Asia Menor. Se le atribuye la traducción del Evangelio de Mateo al idioma local en la India, siendo un hecho primordial que posibilitó la evangelización de esa región.  Uno de los sucesos más importantes en la misión evangelizadora de este apóstol es que el rey Polimio de Armenia, quien primero se opuso a la predicación de Bartolomé, se convirtió a la fe después de la curación milagrosa de su hija, quien estaba poseída por un espíritu maligno. Este milagro hizo que no sólo el rey sino una multitud entera abrazara el cristianismo. También hubo un milagro en Mesopotamia que permitió la conversión de una aldea completa debido a la resurrección de un hombre. Hay muchos más milagros y relatos de la vida apostólica de San Bartolomé, que hacen de este santo uno de los más queridos en la historia de la Iglesia.

Su muerte sucede por la misma razón que la de muchos cristianos de su época: las autoridades se sentían amenazadas por la nueva fe y lo arrestaron. En su caso particular fue el hermano del rey Polimio, Astiages, quien lo torturó. Lo desollaron vivo pero a pesar del inimaginable dolor, Bartolomé dio testimonio de su fe, de su oración y de su entrega a Dios. Finalmente lo decapitaron. Pidámosle a este gran Santo que nos permita cultivar un corazón sincero como el suyo y que nos enamore de la verdad, para que Cristo también pueda decir de nosotros que no encuentra ningún engaño. San Bartolomé, ruega por nosotros.


Cristina Umaña Sullivan es socióloga cultural que se ha dedicado a la evangelización por más de 10 años con especialidad en Teología del Cuerpo y creación de identidad desde la perspectiva cristiana. Envíele un correo electrónico a fitnessemotional@gmail.com.