Las diferentes denominaciones de la Eucaristía
En la audiencia general del junio de 2022, el Papa Francisco dijo: “Que la Eucaristía, misterio de amor, sea para todos nosotros fuente de gracia y de luz que ilumine los caminos de la vida, apoyo en medio de las dificultades, consuelo y sublime en el sufrimiento de cada día”.
En la audiencia general del junio de 2022, el Papa Francisco dijo: “Que la Eucaristía, misterio de amor, sea para todos nosotros fuente de gracia y de luz que ilumine los caminos de la vida, apoyo en medio de las dificultades, consuelo y sublime en el sufrimiento de cada día”.
Todos sabemos que el domingo es un día especial en el que pasamos tiempo con la familia, salimos de paseo, visitamos a nuestras amistades y realizamos muchas otras cosas. Todas estas cosas buenas que hacemos el domingo son importantes, pero la más importante es dedicar tiempo a Dios para darle gracias por todo lo que Él hace por nosotros. Una manera de hacerlo es participar en la Santa Misa, a la que todos deberíamos asistir para celebrar la sagrada Eucaristía, conocida también con diferentes nombres:
- Eucaristía - es la fuente y la cumbre de toda la vida cristiana. Dónde celebramos el sacrificio que hizo Jesús al morir en la cruz por cada uno de nosotros. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) nos dice: “Eucaristía porque es acción de gracias a Dios. Las palabras eucharistein y eulogein recuerdan las bendiciones judías que proclaman – sobre todo durante la comida” (N 1328).
- Banquete del Señor - esto es, en referencia a la Última Cena que Jesús celebró con sus discípulos. Al mismo tiempo, es anticipación del banquete de las bodas del cordero, como nos dice el libro del Apocalipsis 19, 5-10. (CIC N 1329).
- Fracción del pan - es una de las maneras como Jesús, en algunos pasajes del Evangelio, ha mencionado. Las primeras comunidades cristianas llamaban al rito de la eucaristía la fracción del pan (Hch 2, 42). El Catecismo nos dice: “Fracción del pan porque este rito, propio del banquete judío, fue utilizado por Jesús cuando bendecía y distribuía el pan como cabeza de la familia, sobre todo en la última Cena” (CIC N 1329).
- Asamblea eucarística - se refiere a lo que celebramos en comunidad con todos nuestros hermanos y hermanas. Donde Cristo resucitado está presente y nos anima a relacionarnos con otras comunidades en nuestra Iglesia. El evangelio de Mateo nos dice: “Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos” (18, 20).
- Memorial y santo sacrificio - no es solo recordar lo que pasó en el pasado, más bien es hacer presente lo que sucedió hace 20 siglos atrás. El Papa Francisco dijo: “La Misa es entrar en la pasión, muerte, resurrección y ascensión de Jesús”, desde esta perspectiva ir a Misa es vivir el santo sacrificio con reverencia y respeto.
- Santa y divina liturgia - este término se utiliza más en las tradiciones orientales. Esto es debido a que es el centro de la vida Eclesial, al mismo tiempo es la expresión más profunda de la vida. El Catecismo nos dice: “Es el Misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su liturgia a fin de que los fieles vivan de él y den testimonio del mismo en el mundo” (CIC N 1068).
- Comunión - es el momento en que recibimos el cuerpo y la sangre de Cristo en la Eucaristía y en que nosotros entramos en una relación más íntima con Jesús y toda la Iglesia. Al mismo tiempo la Comunión “acrecienta nuestra unión con Cristo. Recibir la Eucaristía en la comunión da como fruto principal la unión íntima con Cristo Jesús” (CIC N 1391).
- La santa Misa - es el término que usualmente utilizamos para referirnos a la Eucaristía. En esta celebración se renueva el sacrificio pascual de Jesucristo. Se dice “la Santa Misa" porque la liturgia en la que se realiza el misterio de Salvación se termina con el envío de los fieles (missio) a fin de que se cumplan la voluntad de Dios en su vida cotidiana (CIC N 1332).
No debemos priorizar cómo llamamos, o denominemos, la Eucaristía. Lo más valioso es participar y vivir con profundidad este sacramento en nuestras vidas. Recordamos que Jesús se sacrificó por nosotros para la expiación de nuestros pecados. Este divino sacramento lo seguimos celebrando hoy en día gracias al mandato de Jesús que dijo: “Hagan esto en memoria mía” (Lc 22, 19).
La hermana Guadalupe Flores, OLVM, es la coordinadora de Formación de Fe para Adultos de la oficina del Ministerio Hispano. Envíele un correo electrónico a gflores@charlestondiocese.org.