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 | Por El Padre Francisco Sta. María Auxilio de los Cristianos en Aiken

¿Está Bien No Comulgar Con Tal De No Recibir La Santa Comunión En La Mano?

Me atrevo a decir que todos hemos sido afectados (es obvio que unos más que otros) por causa de esta pandemia. El COVID-19 nos ha afectado enormemente a nosotros como católicos y, especialmente, en cuanto la devoción de recibir la Santa Comunión en la mano o en la boca.

Antes del COVID-19, la Iglesia ya permitía que se recibiera la comunión en la mano. La Iglesia nos brinda la opción de recibirla en la mano o en la boca y cada uno, según su devoción, decide cómo la recibe. Aunque acabé de mencionar que, por esta pandemia, la Iglesia decidió al inicio, y por la seguridad de todos, que solo se distribuyera la Comunión en la mano y no en la boca.

Ahora, muchas parroquias, con la recomendación del obispo y la discreción del párroco, han decidido brindar la oportunidad de regresar a las dos formas y esto se ha decidido porque los números de afectados y muertes por la pandemia están disminuyendo.    

Poder recibir el sacramento de la Santa Eucaristía es una gran bendición ya sea que comulguemos en la mano o en la boca. Por lo tanto, NUNCA dejes de comulgar, aunque en tu parroquia solo tengas la opción de recibir la comunión en la mano. Solo comulga con todo respeto y reverencia a Cristo, y te recomiendo que le ofrezcas ese pequeño sacrificio, o dolor, porque tienes que recibir la comunión en la mano cuando deseas recibirla en la boca. Esto es una actitud de humildad y obediencia que es grata a Dios. También puedes ir a la parroquia más cercana donde te ofrezcan la opción de comulgar en la boca. Por ningún motivo nadie debería privarse de recibir a Cristo en la Eucaristía por el hecho de que no se siente digno de recibirle en la mano. En realidad, ninguno de nosotros somos dignos de recibir la Comunión, pero es Cristo mismo quien nos dignifica y se ofrece en su plenitud para fortalecernos y darnos esperanza.

La Santa Eucaristía es Cristo mismo y ÉL es la medicina que necesita nuestra alma, entonces cada vez que tengamos la bendición de comulgar, hagámoslo con agradecimiento y con alegría por poder participar de este gran sacramento.  

Paz y bien,

Padre Francisco

Sta. María Auxilio de los Cristianos en Aiken