| Por Hna. Guadalupe Flores

Agradecimiento: Don de Dios

Uno de los distintivos de todos los creyentes practicantes es ser agradecido por todo lo que Dios nos ha dado. Por eso el Papa Francisco dijo: “Cuando alguien nos ofrece un servicio, no debemos pensar que todo nos es debido. La gratitud, el reconocimiento, es ante todo una señal de buena educación, pero también es una característica distintiva del cristiano. Es un signo simple pero genuino del reino de Dios” (Twitter, julio de 2020). Por esta razón los invito a reflexionar en cómo ser agradecidos:

1. El ser agradecido nos hace más felices.

Uno de los dones que Dios nos ha dado es el de ser agradecidos, especialmente a Dios y a todas las personas que de alguna manera nos ayudan. Esto nos hace sentir que nosotros no estamos sólos en la vida y que hay personas dispuestas a ayudarnos en las diferentes situaciones en las que nos encontramos. Son aquellos que experimentan el amor de Cristo en sus vidas.

La otra manera de ser agradecidos y sentirnos felices es cuando nosotros colaboramos con el cuidado de la creación. Como dice el Papa Francisco en Laudato sí; “Todo el universo material es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios” (no 84).

2. El ser agradecido favorece a la persona que lo recibe.

Al ser agradecido, el que se beneficia es la otra persona; cuando sabemos valorar su trabajo. Al mismo tiempo, ¿Cuántas veces uno mismo se siente feliz cuando alguien nos agradece? ¿Cuántas veces uno ha sentido que su trabajo es reconocido, valorado y aceptado? Lo importante de ser agradecido no es simplemente sentirse bien, sino que lo hace sentir bien a uno mismo; como también, a los demás y les inspira a ser agradecidos. Y saber que Dios nos bendice por cada acto de bondad que realizamos por los demás.

3. El ser agradecido fortalece las relaciones.

Una de las consecuencias de ser agradecidos es que hace más fuertes nuestras relaciones personales con otros o con nuestros seres queridos. Por esta razón, cuando nosotros somos agradecidos con los demás, nos abre el camino para lograr una amistad más sólida, desinteresada. El Papa Francisco en su audiencia general dijo: “Es nuestra amistad con Dios, donada desde Jesús, una amistad que cambia nuestra vida y nos colma de entusiasmó, de alegría” (4 de junio 2014). Por tanto, el ser agradecido es un regalo que viene de Dios hacia todos nosotros.

4. El ser agradecido crea una actitud profunda y auténtica.

Al ser agradecidos desarrollamos una relación profunda y auténtica de amistad con las personas de nuestro entorno. Para que una amistad o relación perdure, tiene que ser genuina, sobre todo libre de prejuicios. Por lo que nosotros tenemos que saber imitar a Jesús, que él supo tener y crear relaciones legítimas de amistad y amor. El Papa Francisco dijo que la amistad es de los regalos más grandes que una persona puede tener y puede ofrecer: "Qué difícil es vivir sin amigos. Fíjense si será de las cosas más hermosas que Jesús dice: ‘Yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre’ (Jn 15:5). Uno de los secretos más grandes del cristiano radica en ser amigos, amigos de Jesús” (Costanera de Asunción, julio de 2015). Por lo cual, al ser agradecidos, vamos creando lazos profundos de amistad y un amor auténtico y desinteresado al igual que Cristo.

5. El ser agradecido nos hace más conscientes de la realidad del mundo y nuestro entorno.

Ser agradecidos nos abre los ojos, para ver una realidad más amplia de lo que sucede a nuestro alrededor. En todo el mundo hay momentos importantes donde nosotros debemos dar gracias al Dios de la vida. Una de las fiestas que aprecié al llegar a este país fue el día de “Acción de Gracias”. Donde se reúne toda la familia para dar gracias a Dios por la vida, por tener una familia, amigos/as, salud, un trabajo, un lugar donde vivir, por el alimento diario que recibimos y especialmente por todo cuanto hemos recibido de Dios en nuestras vidas.

Para concluir podemos decir que siempre hay algo en la vida por lo que nosotros debemos estar agradecidos. Ser agradecido no es un sentimiento superficial, sino que brota de la bondad de nuestro corazón. Por lo tanto, como católicos, debemos recordar vivir constantemente en acción de gracias. A través de nuestro testimonio de vida diaria, hacia nuestro prójimo y de una manera especial celebrando la Eucaristía que es Acción de Gracias.


La hermana Guadalupe Flores, OLVM, es la coordinadora de Formación de Fe de Adultos para la oficina del Ministerio Hispano. Envíele un correo electrónico a gflores@charlestondiocese.org.